Autoexigencia ¿Positiva o negativa?
La autoexigencia es importante a la hora de desarrollarnos personalmente, mejorar y autosuperarnos. Nos ayuda a poder identificar nuestros errores y poder ser mejor. Sin embargo, puede convertirse en un problema.
La autoexigencia se vuelve un problema y deja de ser constructiva cuando comenzamos a hablarnos a nosotros mismos con un lenguaje peyorativo, señalando solo nuestros errores y dudando de nuestras capacidades. “No hago nada bien”, “Me pasa porque soy un inútil” son algunas de las frases que suelen repetirse mentalmente aquellas personas muy autoexigentes, resaltando siempre de forma exagerada el “deber".
Para evitar caer en una autoexigencia exagerada que nos evite la frustración constante y el estado de estrés debemos procurar construir una autoexigencia constructiva. ¿Cómo lograrlo?
- Hablándonos a nosotros mismos con cariño: “Hoy no pude con este problema, pero puse todo mi esfuerzo, mañana lo intentaré de nuevo”.
- Ser objetivo al analizar situaciones, evitando generalizar. Porque algo no nos salga como lo previsto una vez no significa que siempre seremos malos en eso.
- Buscar motivación: Suplantar el “Tengo que” o el “Debo” por el “Me gustaría” o “Quisiera”.
- Ser realista: Entender que muchas veces nuestra superación se da a pequeños pasos, buscando alcanzar metas pequeñas que nos acerquen a objetivos más grandes.
- Valorando nuestros logros: Felicitarnos por el buen trabajo y valorar lo que hemos hecho bien.
Estas son varias maneras de reeducar nuestra autoexigencia convirtiéndola en una autoexigencia constructiva, con una voz interna amable y comprensiva, que nos permita buscar la mejor versión de nosotros mientras disfrutamos el camino.